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miércoles, 17 de agosto de 2011

Capítulo 4 : ¡No me lo puedo creer!

Lleva sonando 5 minutos el despertador y todavía no he encontrado las fuerzas para levantarme. Miro el reloj, las 8:07 de la mañana. voy a levantarme, sino al final llegaré tarde.
Bufff qué dolor de cabeza, creo que bajaré a tomarme una pastilla.Bajo las escaleras despacio, con cuidado de no tropezar. En la planta de abajo se oye a mi hermano gritar.
- ¡Al Zoo, al Zoo, nos vamos al Zoo!- en ese momento le veo aparecer con su gorra de Pokemon y su camiseta del Zoo, recuerdo el día que se la compró, fue el último que mi madre vino con nosotros.
-Sonia,¿tú vas a venir con nosotros?
-¿Al Zoo?-no me puedo creer que mi padre me me haya preguntado que si quiero ir.-Espera un momento pequeño, ahora vengo.
-¡Papá!¿Por qué no me has dicho de ir al Zoo con vosotros?, sabes que ese sitio me recuerda mucho a mamá, sabes lo que ese sitio significa para mí.
- Hija por eso mismo lo he hecho. No quiero seguir viendote así, todos los días triste y sin ganas de nada, quiero volver a verte sonreír como lo hacías antes y que pienses en tu madre como un recuerdo feliz, no como algo que te atormente la vida.-mientras lo dice una lágrima resvala por la mejilla recién afeitada de mi padre. Se que está sufriendo, y también se que tiene razón. Corro a abrazarle y no puedo evitar llorar.
-Papá te prometo que lo intentaré. Intentaré volver a ser la de antes y que la muerte de mamá no me afecte tanto.-le digo al oído.
- Gracias hija, yo solo quiero volver a verte feliz.
Nos secamos las lágrimas los dos,bajo la atenta mirada de Iván y mi abuela. A mi abuela también le resbalan las lágrimas pero intenta ocultarlo bajo las gafas. A pesar de ser mi abuela paterna, desde el principio cogió mucho cariño a mamá, ya que sabía el pasado de esta y lo dura que había sido su infancia y su adolescencia. El silencio era muy incómodo en el salón, nadie sabía que decir hasta que Iván fue quien rompió el hielo con uno de sus comentarios inocentes.
-Se está haciendo tarde y los animales se van a ir a desayunar....- lo decía tan convencido que estaba a punto de coger una rabieta, menos mal que todos nos reímos y papá fue a buscar las llaves del coche.
-Papá...gracias- digo mirandole con orgullo, en realidad me alegra que mi padre se preocupe tanto por mí y por mi hermano.
-De nada hija, y siento no haberte avisado por si querías venir,creí que era lo correcto pero me equivoqué.
No necesito palabras, con una simple sonrisa mi padre comprende que no pasa nada.
Me despido de todos, les doy un fuerte abrazo y un beso a cada uno y salen por la puerta. Les espera un día de mucho calor.
Miro el reloj, y presiento que se me está haciendo tarde. Pero no podía imaginar que tanto. ¡Las ocho y media! y todavía tengo que ducharme. Subo corriendo a mi habitación y cojo un conjunto de ropa interior limpia. Me doy una ducha rápida, no me lavo el pelo, lo tengo limpio de ayer asique esta noche con mas calma me lo lavaré. Salgo de la ducha y me miro al espejo. Buff tengo que ir a la peluquería, tengo el pelo muy largo y ya de paso me pondré mechas, me aburre tener el pelo tan negro, aunque ningún otro color me quedaría bien. Ya veré lo que hago pero este no es el momento de pensar en eso. Voy a mi armario y miro que podría ponerme. Mi camiseta favorita está en la lavadora asique tendré que buscar otra que me pegue con los pantalones piratas. Encuentro una camiseta de manga corta que Javi me compró cuando volvió de París hace dos años. Me encanta asique no tengo ganas de buscar más. Me visto corriendo, me pongo las zapatillas y cojo mi móvil. Por el camino voy pensando en lo que Sergio querrá decirme, estoy intrigada y a la vez tengo miedo de lo que pueda pasar. Cuando llego a mi instituto Sergio ya está allí. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo, es guapísimo y este mes que ha pasado en Barcelona le ha sentado muy bien. Está mucho mas moreno, y le resaltan más los ojos azules. Quien me diría a mí que acabaría saliendo con un chico rubio y con los ojos azules, con lo que los odio. Pero Sergio es diferente, es único, es especial.
- Hola amor- me acerco a él para darle un beso como siempre, pero inesperadamente me aparta la boca y mi beso recae sobre su mejilla. Me quedo paralizada, siento que me falta el aire y los ojos se salen de las órbitas. Solo una pregunta recorre mi cuerpo ¿Por qué?
-Sonia porfavor escúchame, esto es muy importante- parece preocupado y triste, nunca le había visto así- principalmente quiero que sepas que te quiero mucho y que me has regalado los mejores meses de mi vida, eres una chica estupenda y ojalá nada de esto hubiera pasado y todo fuera como siempre.
-Va...val...vale pero dímelo ya porfavor.
-¿Recuerdas la última tarde que hablamos?
-Claro...cómo olvidarlo.
-Pues esa noche...me fui a dar una vuelta con Marcos y fuimos a una discoteca....y allí conocí a una chica y bueno...no sé como pero acabamos besándonos.
No se qué decir, de todos modos dudo que aunque lo intentara me salieran las palabras. Siento como me coje por las manos y me mira a los ojos. Le miro pero no puedo, tengo que apartar la vista.
-Sonia mírame.
-No puedo Sergio, solo tengo una pregunta antes de irme ¿ Por qué? ¿Cómo pudiste?-Las lágrimas se me saltan y las piernas me tiemblan.
-No lo sé, te juro que no sé como pasó- dice levantando la voz, tal vez por el nerviosismo.
-¡No me grites!-digo yo mas alto que él.-No tengo ganas de hablar, adios Sergio.- Me alejo rápidamente, casi corriendo, y Sergio se queda parado, allí, en la puerta del instituo, donde tantas y tantas veces a venido a recogerme.
-¡SONIA! ¡Porfavor perdóname!- Sergio corre detrás de mí gritándome, pero ya estoy demasiado lejos y estoy a punto de montarme en el autobús. En el autobús los recuerdos pasados me vienen a la mente y no puedo evitar llorar. Necesito hablar con alguien. Abro el móvil y miro en mi agenda, bajo hasta la ''m'' Marta,voy a llamarla cuando recuerdo que esa misma mañana había quedado con Ricki para hablar sobre el viaje de Marta. Sigo buscando por mi agenda, Carmen, está de vacaciones asique no creo que me coja el telefono, luego la mandaré un mensaje cuando me sienta con ánimos.
-¿Sí?
- Javi- digo llorando.
-¡Sonia! ¿Qué te pasa?- dice muy preocupado. Me alegra ver que le importo a alguien.
-Sergio me ha engañado...no sabía que hacer...Te he llamado porque necesitaba hablar con alguien.
-No te preocupes ¿vale? estoy aquí para lo que haga falta. Estoy cerca de tu casa, en 15 minutos estoy allí.
- Gracias, Javi. Te quiero.
Me bajo del autobús, entro en casa y cojo el helado de chocolate que mi padre compró el otro día.
En ese momento, llaman a la puerta. Cuando abro allí está Javi quien sin decirme nada me da un abrazo y un ''no te preocupes, yo estoy contigo'' sale de su boca.


6 comentarios:

  1. *_*
    ¡Me he quedado petrificada!
    ¡¡¡ES GENIAL!!!!!!
    SIGUE ASÍ :)

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  2. jajajajajaj muchiisimas graciass :9 Me alegra mucho que te guste mi historiaaa :DD

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  3. Me ha gustado mucho!
    Te sigo, pasate por mi blog y si te gusta me sigues :)
    Un besito
    todos-esos-pensamientos.blogspot.com

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  4. MUCHISIMAS GRACIASSS! Pues siii la verdad esq me has sacado una sonrisa jajaajajja
    Claro que siii te sigo encantadísimaaaaa!

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  5. ¡Acerté! xD ¡Qué capullo! Me cae mal, ahora me cae bien Javi

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